Exploramos cómo los modelos de financiamiento ESCO están transformando el panorama energético en Chile y América Latina, facilitando la implementación de proyectos sostenibles, energías renovables y la reducción de costos energéticos.
En un contexto donde la eficiencia energética y el uso de energías renovables se han convertido en pilares esenciales para la sostenibilidad y la competitividad, los modelos de financiamiento ESCO (Energy Service Company) están ganando terreno en Chile y el resto de América Latina. Estas compañías de servicios energéticos ofrecen una solución innovadora al asumir los riesgos técnicos y financieros de los proyectos, permitiendo que las empresas y entidades gubernamentales reduzcan sus costos sin necesidad de realizar grandes inversiones iniciales.
¿Qué es un modelo ESCO?
Un modelo ESCO se basa en un acuerdo de rendimiento garantizado, donde la empresa proveedora de servicios energéticos financia, implementa y gestiona un proyecto de eficiencia energética o energías renovables. El pago por los servicios prestados se realiza a partir de los ahorros obtenidos en el consumo de energía, lo que asegura que el cliente no incurra en costos adicionales. Este enfoque se ha convertido en una opción atractiva para muchas organizaciones que buscan mejorar su sostenibilidad sin comprometer su flujo de caja.
El modelo ESCO elimina la gran barrera de la inversión inicial que implica la construcción de plantas solares industriales, financiándolos con el ahorro generado tras su implementación. Además, la empresa ESCO se hace cargo de todo, desde el diseño, instalación, operación y mantención de los equipos. De esta forma, el cliente puede enfocarse exclusivamente en su negocio principal mientras la ESCO se encarga de la eficiencia energética.
ESCO en Chile: Un Mercado en Crecimiento
En Chile, la adopción de los modelos ESCO ha ido en aumento, impulsada por la creciente demanda de soluciones que contribuyan a la descarbonización de la economía. Empresas de diversos sectores, incluyendo la agroindustria, la educación y la salud, están adoptando este modelo para modernizar sus instalaciones, reducir su huella de carbono y cumplir con las exigencias normativas de eficiencia energética. El sector retail también ha mostrado un interés creciente en este modelo, mientras que el sector residencial sigue siendo menos atractivo debido a la magnitud menor de los proyectos y el mayor riesgo financiero que representa.
Además, el apoyo gubernamental a través de incentivos y regulaciones ha sido clave para fomentar este tipo de financiamiento. Organizaciones como ANESCO (Asociación Nacional de Empresas de Eficiencia Energética) en Chile, que agrupa a más de 30 empresas, están promoviendo activamente el modelo ESCO en el país, facilitando su expansión y adopción en diversos sectores.
El Potencial de los Modelos ESCO en América Latina
América Latina, con su vasta diversidad de recursos energéticos y necesidades de desarrollo, presenta un potencial significativo para el crecimiento de los modelos ESCO. Países como México, Brasil y Colombia están comenzando a implementar este tipo de contratos, con resultados prometedores en términos de ahorro energético y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, aún existen desafíos, como la falta de conocimiento sobre el modelo y la necesidad de marcos regulatorios más robustos que faciliten su expansión.
Beneficios y Desafíos de los Modelos ESCO
Los beneficios de los modelos ESCO son evidentes: financiamiento sin riesgo, ahorro garantizado, y la posibilidad de acceder a tecnologías de vanguardia. Además, los resultados están asegurados, ya que los pagos por el servicio se realizan según los ahorros en energía obtenidos, lo que brinda seguridad tanto a la empresa como al cliente. Sin embargo, también enfrentan desafíos, especialmente en mercados emergentes donde la incertidumbre económica y la falta de experiencia pueden dificultar la implementación de estos proyectos.
Entre los contratos de desempeño energético más comunes bajo el modelo ESCO, se encuentran los acuerdos de “Ahorros Compartidos” y “Venta de Energía”, los cuales se seleccionan según el ahorro potencial identificado, la inversión requerida y los riesgos asociados.
En términos de retorno de inversión, el modelo ESCO suele tener un Payback inferior a 10 años en la mayoría de los proyectos, y los contratos suelen tener una duración superior a los 15 años, lo que ofrece un margen de ganancia interesante para los inversores.
Con el apoyo adecuado y la educación del mercado, los modelos ESCO tienen el potencial de convertirse en un motor clave para la transición energética en la región.
