Con el Decreto Supremo 1 de 2023, Chile establece nuevas regulaciones para proteger la biodiversidad, la calidad de vida y los cielos nocturnos, esenciales para la astronomía.
La contaminación lumínica se ha convertido en un problema ambiental creciente, afectando tanto a la biodiversidad como a la calidad de vida de los habitantes. Conscientes de esta realidad, el Ministerio del Medio Ambiente de Chile ha promulgado el Decreto Supremo 1, una nueva Norma de Emisión de Luminosidad Artificial que busca controlar las emisiones lumínicas de alumbrados exteriores. Esta normativa, que entrará en vigor el 18 de octubre de 2024, es una actualización del Decreto Supremo 43 de 2012 y representa un avance significativo en la protección de los cielos nocturnos, la biodiversidad y la salud de las personas.
Los desafíos de la contaminación lumínica
El aumento alarmante de la contaminación lumínica ha deteriorado la calidad del cielo nocturno y afectado a diversas especies que dependen de la oscuridad para su supervivencia. La golondrina de mar negra y la fardela blanca, ambas especies en peligro, son ejemplos claros del impacto negativo de la sobreiluminación en áreas costeras, donde las luces artificiales desorientan a las aves, provocando un alto índice de mortalidad.
En respuesta, el Decreto Supremo 1 establece un conjunto de regulaciones estrictas que se aplicarán en todo el territorio nacional. Una de las principales medidas es la restricción de la emisión de flujo radiante hacia el hemisferio superior, un enfoque que busca limitar el brillo nocturno innecesario, protegiendo tanto los ecosistemas naturales como las capacidades de observación astronómica.
Normativas clave para proteger el medio ambiente
El Decreto Supremo 1 establece exigencias específicas que deben cumplir todas las fuentes de luz en Chile. Algunas de las medidas más relevantes incluyen:
- Restricción a la sobreiluminación: Se limita la cantidad de luz emitida, evitando niveles excesivos que no solo afectan la fauna, sino también el bienestar humano.
- Restricción espectral: Una de las principales preocupaciones es la luz azul, que afecta a los ecosistemas nocturnos y también a los seres humanos. Actualmente, las fuentes de luz están limitadas a emitir un máximo del 15% de luz azul, pero la nueva norma reducirá este valor al 7% a nivel nacional, y al 1% en zonas protegidas.
- Pantallas publicitarias: Estas también estarán sujetas a limitaciones de iluminancia para reducir su impacto en la contaminación lumínica urbana.
Zonas especiales de protección
Una de las novedades más destacadas de esta nueva norma es la creación de Zonas Especiales de Protección. Estas áreas, principalmente ubicadas en las cercanías de los observatorios astronómicos, contarán con restricciones aún más estrictas para asegurar que el brillo nocturno no interfiera con las observaciones científicas. Chile alberga cerca del 70% de la capacidad astronómica global, por lo que estas medidas no solo beneficiarán al país, sino también a la comunidad científica internacional.
Salud y bienestar
La contaminación lumínica también tiene efectos directos en la salud humana. La sobreexposición a la luz artificial durante la noche está relacionada con alteraciones en el ciclo circadiano, lo que puede derivar en problemas como el insomnio y enfermedades graves como el cáncer. La nueva normativa tiene en cuenta estos factores, buscando mejorar la calidad de vida de los habitantes, especialmente en las grandes ciudades, donde la iluminación artificial es omnipresente.
Comparación: antes y después del Decreto Supremo 43
El impacto de la normativa es visible en ciudades como La Serena, donde las medidas anteriores ya han mostrado resultados positivos. Las imágenes de la ciudad antes y después de la implementación del Decreto Supremo 43 evidencian una reducción significativa en la contaminación lumínica. Con el Decreto Supremo 1, se espera que estas mejoras se extiendan a todo el país, haciendo de Chile un referente en la protección de los cielos oscuros y la reducción de la contaminación lumínica.
Consideraciones
El Decreto Supremo 1 representa un paso importante en la lucha contra la contaminación lumínica en Chile. Estas nuevas normativas no solo protegerán el patrimonio astronómico del país, sino que también ayudarán a conservar la biodiversidad y mejorar la salud de sus habitantes. A medida que el mundo enfrenta desafíos ambientales cada vez mayores, medidas como estas son esenciales para garantizar un futuro más sostenible y equilibrado.